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Situación Primera:
Esa noche traduje lo que tu cuerpo pedía del mió. Intentaba a cada minuto huir del sueño que agobiaba mis cansinos huesos. Inútilmente nos acariciamos viéndonos sólo nuestras siluetas. Nos olimos. Unos escasos besos. El sueño me venció y te dejaste vencer por tu sueño oportuno. Terrible noche de caricias truncas; pasiones y deseos desaparecen entre ronquidos inoportunos.
Situación Segunda:
Quise abusar de ti, como habíamos planeado la noche anterior. Besé tus labios ebrios. Y Morfeo te llevó
Situación Tercera:
Una cama perfumada. El alcohol en nuestras cabezas. El deseo febril del vaivén de nuestros cuerpos.
Un crujido. El llanto del recién nacido, terminó de golpe con nuestro incendio.