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En las letanías a la muerte
te vi desfallecer.
En las letanías de la muerte
vi el rubor de tu rostro
y sentí tu piel blanca hacerse una con la mía.
Un ¡SI SEÑOR! se elevó por el aire aromatizado de tu sexo,
del mío, del sudor y del olor de tu boca jadeante.
-De ese líquido espumante.
Fue la muerte, en tus brazos
exquisita inmolación. Holocausto divino.
(EL LAGAR DEL SEXO Y EL PLACER).
Fue la muerte en tus brazos…
-¡Eso que nunca pudo ser!