Los que por alguna razón leen

martes, 4 de enero de 2011

Destinado a morir.




¿Cuándo cicatrizarás corazón?
¿Cuando cerraras esa herida sangrante?
¿Será que la viva ha perdido su sazón?
¿Será ese  es el destino, morir sin aguja suturaste?

El dolor es permanente,
Las punzadas son frecuentes,
La traición se muestra de repente
Y la alegría se desvanece completamente.

El recuerdo, de lo que dijo crece:
“maldigo todos los días
La poesía que te estremece”;
¡Un golpe que no esperaba, ni conocía!
La daga que punza, hiere y desvanece.

Hiere tu incomprensión.
Hiere tu  lengua de pitón.
Hiere y destroza sin razón.
Hiere y destroza mi corazón.

Hieres… hieres con tus palabras…
¿Pero que más da?
Si vivo de forma macabra;
Si mi corazón se funde y no aguanta…
Una herida más…
Que más da.

No era necesario
Que clavaras tu daga
Y abrieras esta herida;
Una más en la vida,
Una mas con tu lengua afilada
Para este pobre corazón imaginario.

Imaginario por que ya no queda nada
Solo heridas en la carne
Dejaron tus palabras malvadas.

Hoy,  corazón ya no existe
Sólo despojos de lo que fue
Es lo que hiciste…

¡Ah!

¿Cuándo cicatrizarás corazón?
¿Cuando cerraras esa herida sangrante…?
¡La vida, ha perdido su sazón!
¡Destinado estoy a morir, sin aguja suturaste!

Por que el recuerdo de lo que dijo, crece
¡Y crece…!